jueves, 11 de octubre de 2007

Los nuevos ‘looks’ urbanos

Melenas largas, flequillos y ondulados en castaños luminosos o rubios dorados. Frescos y atrevidos, con cierta ingenuidad y seducción


La moda del cabello se crea en las ciudades más vanguardistas: Nueva York, París, Londres, Milán y Barcelona. Los cazadores de tendencias se pasean por los barrios más cool para confesar luego sus secretos a los creadores, quienes ya no imponen, sino olfatean el ambiente y diseñan.

Y es que ya nadie dicta normas, sino que cada prototipo de mujer recrea su vida con su estilo de peinado: melenas largas, flequillos y ondulados vibrantes en tonos castaños luminosos, rubios dorados y platinos fugaces.

Nadie dicta normas

El estilista se inspira y toma como musas a esas jovencitas devotas que se han pasado horas ante el espejo para salir a la calle y demostrar que su cabello es “informal”, aunque ellas saben bien que ese mechón de lado no es involuntario o que esa melena descuidada está bien pensada para acentuar unos ojos irresistibles.

La esencia de la moda más urbana del momento se exhibe con looks frescos, atrevidos, desafiantes y con ciertos toques de ingenuidad, seducción y sofisticación. “Todo un cocktail para paladares exigentes”, asegura Mari Carmen Lemús, artista de la firma New Look de la ciudad de Barcelona, España, y quien apoya la ausencia de “dictadores” de tendencias.

Los más actuales estilos cosmopolitas

• Refinado: Cabello castaño resplandeciente, largo, liso y planchado, con un voluminoso flequillo.

• Romántico: Cabello rubio dorado, con tirabuzones, que lucen ideales con una cinta oscura como diadema, para resaltar tu dulzura “naif” y seducir como toda una Lolita del siglo XXI.

• Intelectual: Cabellos castaños chocolate, recogidos en un improvisado chongo con mechas sueltas.

• Misterioso: Una melena rubia casi platinada, degrafilada, con flequillo, estilo “bob”, por encima de la mandíbula, pero cubriendo la nuca.

• Hippie: Una melena rubia rojiza, peinada sin raya, aparentemente desordenada, original e irrepetible, como la vida misma.

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