Si tu pareja te maneja y amenaza con castigarte si no haces lo que quiere, cura esa relación enferma con un cambio en tu conducta
Para el doctor Francisco Alonso Fernández, catedrático universitario de Psicología, "la manipulación es un recurso para salir de situaciones difíciles, que emplea quien es más débil o está en una posición más frágil o vulnerable. La persona intenta crear sentimientos en otra para que se dedique más a ella o para salvar una relación sentimental.
SI NO TE SOMETES
El manipulador parece encantador y sufrido, pero en realidad es peligroso. Usa el miedo, la obligación y el sentimiento de culpa para obligarte a ceder. Él te ve como una marioneta en sus manos y si no respondes a los hilos invisibles que mueve, empieza con sus amenazas. Sus intimidaciones significan: sufrirás si no te comportas como quiero.
Cuando se sale con la suya, te rodea de una intimidad reconfortante, pero cuando no lo logra, usa sus tácticas. Por no doblegarte a sus deseos, el manipulador te hace sentir remordimiento, temer las consecuencias y sentirte obligada a satisfacerlo.
DESCÚBRELO Y TRABAJA
Para escapar de su extorsión y no caer en sus redes, debes entender cómo funciona su manipulación, enfrentarla y tener estrategias para esa situación. ¿Quieres saber si estás siendo manipulada por tu pareja? Revisa los siguientes puntos y si es así, ponte a trabajar en ello.
1. Manipulación a la vista. ¿Te amenaza con hacerte la vida difícil si no haces lo que él quiere? ¿Te advierte que acabará con la relación si no accedes a sus deseos? ¿Te da a entender que se hará daño o se deprimirá si no haces lo que él pretende? Estas promesas rara vez las cumplirá. Puede ser que te diga que eres una egoísta, mala, interesada, insensible o descuidada cuando no cedes a sus pretensiones y se deshace en alabanzas cuando cedes.
2. Los mensajes antídotos. Si crees que no puedes soportar herir sus sentimientos, caerás en la trampa. Un arma poderosa es aplicar correctamente una frase corta, porque así acabarás con la creencia del manipulador de que no puedes soportar su presión. Cuando él aumente la presión para doblegarte, mantén tu posición diciéndote a ti misma puedo soportarlo y repítelo al menos diez veces al día, en voz alta, imaginándote frente al manipulador que te presiona, así grabarás el mensaje en tu mente y te funcionará de escudo frente a él.
3. Mantén la calma. Cuando sientas que te hundes ante su presión, no tomes ninguna decisión, porque necesitas tiempo para pensar, fortalecerte y prepararte. Gana tiempo y calma tus nervios, diciéndole no puedo responderte ahora, necesito tiempo para pensar, no estoy dispuesta a tomar una decisión ahora mismo, hablaremos más tarde. Repíteselo si él te sigue presionando. Cuanto más profundo sea el problema, más tiempo necesitarás, así que hazle saber que como mínimo requieres 24 horas para decidir algo. Usa ese tiempo para reflexionar y decidir cómo defender tu decisión.
4. Responde afirmativo, pero meditado. Puedes acceder a su petición si después de analizarla compruebas que no te perjudica ni es una manipulación. Puedes acceder si lo que él te pide es una expresión de generosidad, parte del dar y recibir de una buena relación. Puedes acceder si llegas a un trato justo con el manipulador: esta vez accedo yo, pero la próxima accedes tú a algo similar.
5. Luz verde con condiciones. Puedes decir que sí a lo que él te solicita, pero sólo a algunas partes y con condiciones, llegando a un acuerdo. Di que sí a lo que puedes, a cambio de que él deje de presionarte.
6. Practica el intercambio. Si estás furiosa porque sientes que tu pareja te ignora, te trata como si fueras invisible, apenas te toca, te sientes muy sola, y él dice que no eres la mujer que conoció, que has engordado porque comes en exceso y no le atraes, y tú dices: me iré si no eres más cariñoso, y él dice: si no adelgazas seguiré con mi alejamiento, la solución puede estar en un trato. Tú te pones a dieta y él le dedica cada noche media hora a hablar contigo y a recuperar el contacto. La situación saldrá del estancamiento y se irá solucionando. Es un ejemplo en el que das y recibes y no hay ganadores ni perdedores.
7. La hora de decidir. Para analizar objetivamente lo que él te pide y decidir si quieres acceder o no, debes responderte estas preguntas:
¿En su exigencia hay algo que te incomoda?
¿Qué parte de su reclamo te parece aceptable y cuál no?
¿Lo que él quiere te hará daño a ti a otros?
¿Su exigencia considera tus deseos y sentimientos?
¿Hay algo en su solicitud que te haga sentir atemorizada, obligada o culpable?
¿Qué representa él para ti?
8. Responde con firmeza. Cuando él te amenace con frases como:
Si él dice: Si no me cuidas acabaré en el hospital, destruirás esta familia, sin ti no lo lograré, te arrepentirás...
Tú responde: Es tu elección, espero que no sea así, pero ya he tomado una decisión, ¿por qué no volvemos a hablar cuando estés menos alterado?.
Si él dice: No puedo creer que seas tan egoísta, sólo piensas en ti, pensaba que eras distinta a las demás pero me equivoqué, es la estupidez más grande que he oído...
Tú responde: Tienes derecho a opinar así, puede que tengas razón.
Si él dice: ¿Cómo me haces esto después de todo lo que hecho por ti?, ¿por qué arruinas mi vida?, ¿por qué eres tan egoísta?...
Tú responde: Sabía que no te agradaría pero es así, aquí no hay buenos ni malos, sólo queremos cosas distintas, vemos las cosas de modos diferentes.
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