domingo, 24 de febrero de 2008

Diez cosas que debes saber sobre eyaculación femenina



Ya Hipócrates habló en su momento del semen femenino, y luego fue Galeno quien defendió la existencia de un líquido seminal en la mujer. Incluso De Graaf en 1672, postuló que había una próstata femenina o “corpus glandulosum”, que segregaba un líquido, convirtiendo a la mujer en más libidinosa. Es decir, todos ellos, ya en sus épocas hablaron de cierta manera de la eyaculación femenina.

Y ¿qué entendemos por ella?. Nos referimos a la expulsión de líquido a través de la uretra o de la vagina (tema aún en discusión) en pleno orgasmo. Su líquido es generado por las Glándulas de Skene o Parauretrales y no se parecen en consistencia y en sus componentes al semen masculino.

Según un estudio realizado por la Florida State University en Tallase, 82% de las mujeres confesaron haber experimentado una liberación de fluido en el momento del orgasmo. Aquí te contamos 10 cosas fundamentales que tienes que saber sobre el tema.

1. De que existe, existe: el médico y sexólogo, Cabello F., ha estudiado bastante del tema y en una de sus publicaciones afirma que, pese a la controversia en este tema, la eyaculación femenina sí existe. “Nosotros pensamos que independientemente de la existencia de incontinencia urinaria en algunos casos, la mayoría de las mujeres “eyaculan”, existiendo variaciones en la cantidad del líquido emitido y/o posiblemente en la dirección de la emisión”, explica el especialista.

2. No a todas se les nota: es muy posible que quienes no ven algún tipo de eyección de líquido durante el orgasmo, se deba a que el producto de la “próstata femenina” sea muy escaso o porque se dirige retrógradamente hacia vejiga, tal como ocurre en la eyaculación retrógrada de algunos hombres. Ahora bien, investigadores como Emanuele Jannini de la Universidad L´Aquila en Italia (2002) aseguran que la razón por la que algunas ven esta eyección y otras no, es debido a que las aperturas de la glándula de Skene varían en tamaño de una mujer a otra. Y si ellas causan la eyaculación femenina, se podría explicar la ausencia visible de este fenómeno en varias mujeres.

3. De dónde viene: la posible estructura anatómica de la supuesta eyaculación sería la siguiente: tal como apuntan Testud y Latarjet (1975), alrededor de la uretra se disponen abundantes glándulas uretrales y parauretrales a las que nominan en su conjunto “próstata femenina”.

4. Su provocación: la eyaculación femenina pareciera ser estimulada en el famoso punto G (de Gräfenberg) al interior de la vagina.

5. De qué está compuesta: Lo primero es advertir que por no tener una función reproductiva, no contiene ningún elemento con ese fin, como los espermatozoides en el caso de los hombres. Estudios han demostrado que este líquido tiene una composición diferente a la orina (aunque puede estar presente en bajas cantidades), reuniendo glucosa, fosfatasa ácida prostática y antígeno prostático específico, además de urea y creatina.

6. No hay qué avergonzarse: muchas veces esta expulsión de líquido produce turbación en la mujer que la confunde con orina, lo que puede producir que en este afán de controlarse, "aprenda a no tener orgasmos". En todo caso deberíamos plantearnos de que “mas allá de que en realidad se trate de orina o eyaculación, es producto del placer y por nada del mundo deberíamos avergonzarnos o reprimirnos”, señala la experta, Lic. María Carolina Bedetti Thompson.

7. Permitir liberarse: si es que se desea comprobar si se tiene la capacidad de eyacular el suficiente líquido como para ser visto sin problemas, es indispensable que la mujer acepte sus fluidos corporales como normales en su vida. Sólo así se permitirá soltar la presión de las ganas de eyacular o de la sensación de que algo liberará.

8. De cuánto estamos hablando: según estudios, la cantidad de líquido liberado por las glándulas parauretrales varía de una mujer a otra, y va desde sólo unas gotas hasta casi dos tazas (444 ml.). Y se sabe que cuanto más dure su orgasmo, más eyacularía.

9. Dónde están las glándulas productoras: la abertura uretral se ubica sobre la apertura de la vagina, debajo del clítoris. Ahora bien, a simple vista no se ven las glándulas, pero éstas se ubican dentro de la vagina, en su pared anterior, rodeando la uretra y desembocando en ella a través de pequeños orificios.

10. Tocar el punto justo: la estimulación del clítoris es esencial para lograr la eyaculación femenina. Y es que si no es bien estimulado, la mujer no se excita lo necesario para que sus glándulas parauretrales se llenen de fluido. Asimismo, es menos probable que ella alcance el orgasmo, limitando las contracciones rítmicas de los músculos pélvicos que expelen la eyaculación. Un consejo: previo al encuentro sexual, se recomienda pasar al baño y vaciar la vejiga. De esta forma podrás sentirte tranquila que al sentir deseos de orinar cuando estás en el peak de tu excitación, te dejes llevar y liberes los fluidos, que en esta caso no será orina, sino que eyaculación natural.

El punto G



Después de leer el título de este post, me imagino que esperarás un detallado análisis sobre el punto en cuestión; localización exacta, forma de estimularlo, posturas coitales más adecuadas para disfrutar de él... Si es así, te vas a llevar una sorpresa, espero que positiva y seguro que enriquecedora.

Dicen por ahí que el punto G es un "botoncito" formado por una concentración de terminaciones nerviosas, que se encuentra alojado en la parte superior de la pared vaginal, a unos 3-4 centímetros de la entrada. Dicen que se puede diferenciar porque su tacto es algo más rugoso que el resto de la vagina. También dicen que el estimularlo proporciona placer.

Después de que el Dr. Grafenberg "demostrara" la existencia de este punto, otros expertos en sexología se han puesto a buscar otros posibles "puntos calientes", con resultados "favorables": el punto K (Barbara Keesling), el punto U (Uretral), punto A (Anterior)...

Desde hace unos años ya hay numerosos sexólogos que han declarado no estar de acuerdo con la teoría de la existencia del punto G (ni del resto de puntos), y cuestionan con firmeza la existencia de dicho "botoncito". Incluso importantes sexólogas como Shere Hite aseguran que el punto G es un invento machista para justificar la coitalidad de las relaciones sexuales, y así evitar una evolución en las prácticas eróticas en donde se tenga más en cuenta la sexualidad femenina y el placer de las mujeres.

Pues a mí me da igual. No entiendo este absurdo debate, ya que considero que la existencia o no del punto G no tiene absolutamente ninguna relevancia para que las relaciones eróticas sean satisfactorias y placenteras. Pero cuestionarse constantemente su existencia sí que puede provocar numerosos complejos, miedos, frustraciones y desilusiones. ¡Qué manía con querer estandarizar nuestras sexualidades, nuestros cuerpos y nuestras formas de sentir placer!

Con todas las posibilidades que hay para disfrutar de nuestros cuerpos y para dar y recibir placer, no entiendo esta obsesión por el punto G. Os voy a contar un secreto: Yo conozco un punto que tienen todas las mujeres, que tiene millones de terminaciones nerviosas (muchísimas más que las que tendría el supuesto punto G), que su estimulación es sencilla, y que casi todas las mujeres obtienen orgasmos estimulándolo adecuadamente. Se llama CLÍTORIS, ¿te suena?

Claro que hay zonas en el conducto vaginal en donde hay terminaciones nerviosas, pero también las hay en la rodilla o en el antebrazo, y nadie escribe artículos que se titulen "Cómo estimular su rodilla: Guía práctica". Y claro que algunas mujeres pueden sentir placer con prácticas coitales, pero tened en cuenta estos dos datos:
- El 80% de las mujeres que se masturban, lo hacen estimulando sólo su clítoris, sin meter nada en su vagina.
- El 70% de las mujeres no son capaces de llegar al orgasmo con el coito, necesitan estimular su clítoris para alcanzarlo.

Si quieres tener una vida erótica satisfactoria olvídate del punto G (y del K, del U...), y disfruta del sexo sin absurdas e improductivas preocupaciones.