La media melena, idónea para esconder una mandíbula ancha y realzar el cuello, permite, sin apenas esfuerzo, cambios de imagen y recogidos informales, muy socorridos para sofisticar el look en cualquier momento del día.
Este tipo de corte, que puede oscilar desde el mentón hasta los hombros, luciendo capas para dar volumen y movimiento al cabello, es apto para todas las mujeres.
Funciona bien tanto con el cabello liso como con el rizado y se acopla con comodidad en rostros tan angulosos como en redondo o cuadrados. Es un clásico, que aporta juventud, elegancia y distinción.
La media melena, que apenas requiere visitas frecuentes al salón para su conservación y mantenimiento, permite jugar con coletas altas o bajas que rompen con la monotonía y resultan muy chic.
Las melenas onduladas, de aires ochentenos, se inclinan hacia un lado. Derecho o izquierdo, no importa. Lo más relevante es marcar la raya y dejar caer el pelo por un lateral.
La melena larga resulta muy juvenil, aunque no a todo el mundo favorece. Con los años, se debe de evolucionar y huir de la línea recta y lánguida.
Esta temporada regresan las melenas largas, con ondas y bucles, para ello los estilistas recuperan las tenacillas y los rulos.
En cuanto al color, el cabello rubio regresa con fuerza y luce más que nunca, después de algunas temporadas eclipsado. Pero se debe personalizar. No todos los rubios quedan bien a todas las mujeres.
Para conseguir un aspecto de rubia natural, la regla de oro es elegir dos tonos más claros que el color de pelo original.
Si tienes el pelo rizado y lo alisas con frecuencia, suaviza el color para que no tengas que colorearlo tan a menudo, así evitarás dañarlo.
Ahora bien, si el rubio no es tu color, tendrás que optar por otro. Es preferible lucir el tono natural, antes que un mal tinte.
Carmen Martín.
Efe - Reportajes.
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