Algunos expertos le llaman la “edad del erotismo”. Muchos pueden pensar que estamos hablando de la treintena. Pero no, son los 65 años, una edad que está muy lejos de ser sinónimo de jubilación sexual, sino todo lo contrario, una época de oro que cada vez se aprecia más.
Los expertos aseguran que en la vejez, el sexo puede ser tan placentero e intenso como a los 30 y que la ‘lentificación’ masculina es un punto a favor del goce de las mujeres. De hecho la Organización Mundial de la Salud confirmó que, después de los 65 años, el sexo cambia, pero no para mal.
“Tengo una paciente que está de lo más contenta porque dice que ahora el marido ‘la espera’ y en realidad no la espera, lo que pasa es que no puede hacer otra cosa y eso, en lugar de generar una crisis conyugal, mejoró mucho la vida sexual de los dos”, explicó Ricardo Iacub, autor del libro Erótica y vejez al portal minutouno.
Y es que no es el sexo en la vejez lo que perturba, sino la vejez. “Uno no quiere verse viejo porque no sabe de qué se trata envejecer. Y envejecer es vivir con intensidad cada etapa de la vida y aceptar que el tiempo modifica las cosas”, explicó Leopoldo Salvarezza, psicogerontólogo, fundador de la cátedra de Tercera Edad y Vejez de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.
¿Qué pasa con los procesos como la menopausia y andropausia? Los especialistas aseguran que no necesariamente provocan la falta de interés por el sexo. Sin embargo, la mente es un ‘efecto’ determinante, ya que muchos ocupan esto como una manera de evitar el sexo.
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