Nueva York (Estados Unidos). Un nuevo estudio demuestra que los niños muy pequeños que pasan mucho tiempo en centros de cuidado o que tienen un cuidador primario relativamente insensible sufren cambios en el sistema de respuesta corporal al estrés que se mantienen en la adolescencia.
Los efectos fueron "modestos" y los padres de niños en cuidado diurno no deberían alarmarse, recomendó a Reuters Health el doctor Glenn I. Roisman, de la University of Illinois.
"Este trabajo no sugiere que haber padecido la insensibilidad en los tres primeros años de vida o haber estado en un centro de cuidados diurnos dañará a un niño", agregó. Aun así, dijo que los efectos parecerían reales.
El equipo dirigido por Roisman estudió a un subgrupo de 863 niños participantes en una investigación del Instituto Nacional de Salud y Desarrollo Infantil de Estados Unidos que siguió a 1.364 niños desde el mes de vida hasta los 15 años.
El estudio incluye alrededor de una docena de evaluaciones en persona de la interacción entre un niño y su cuidador primario.
Los autores analizaron cómo la crianza y la calidad del cuidado de los niños hasta los 3 años, como así también la cantidad de horas que los niños pasaban en un centro de cuidado diurno, estaban asociados con los niveles de cortisol al despertar a los 15 años.
Los niveles matinales de esa hormona son un marcador del funcionamiento del eje hipotalámico-pituitario-adrenocortical (HPA). Esa red de factores hormonales y neurológicos gobierna cómo cooperamos con el estrés en el largo plazo.
En una persona cuyo eje HPA funciona bien, los niveles de cortisol aumentan a la mañana y van disminuyendo durante el día.
Los niveles matutinos bajos de cortisol indican una disfunción del sistema.
El equipo halló una pequeña, pero sólida, relación entre la exposición al cuidado insensible (por ejemplo, padres desapegados y que no expresan emociones con el niño) y los bajos niveles de cortisol.
Y cuanto más tiempo pasaba un niño en un centro de cuidados diurnos, más propenso era a tener bajos niveles de cortisol. Con todo, la calidad de los cuidados infantiles no afectó los niveles de la hormona.
Esa relación se mantuvo tras ajustar los datos según varios factores, como la educación materna, el nivel socioeconómico y la calidad de la interacción padres-hijo a los 15 años.
Las experiencias en la infancia temprana, según Roisman, ayudarían a ajustar el eje HPA para que pueda responder efectivamente a los estresores diarios.
Estudios previos sobre niños con privaciones emocionales graves habían hallado que los niveles de cortisol eran bajos al despertar y se mantenían así durante el día.
El nuevo estudio, publicado en la revista Child Development, incluyó a niños con experiencias normales de crianza y cuidados recibidos.
Los resultados no deberían asustar a los padres que necesitan dejar a sus hijos en centros de cuidados diurnos durante gran cantidad de horas, pero Roisman consideró que "es una información bastante útil para los padres".
"Concurrir a un centro de cuidado diurno puede ser muy estresante para los niños pequeños", agregó.
Otras investigaciones han asociado los niveles bajos de cortisol con una mayor probabilidad de desarrollar conductas antisociales. El equipo espera obtener datos sobre cómo la crianza y los cuidados de los niños, que ahora tienen 17 años, influye a futuro sobre su comportamiento.
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